
Las paramilitares Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF) han anunciado la detención de varios de sus integrantes, incluido un comandante que apareció recientemente en vídeos sobre la ejecución sumaria de personas en la ciudad de El Fasher, capital de Darfur Norte, tras su toma por parte del grupo tras meses de combates con el Ejército de Sudán.
El grupo ha afirmado en un comunicado publicado en su cuenta en Telegram que estas detenciones tienen lugar "en aplicación de las órdenes de la cúpula (de las RSF, lideradas por Mohamed Hamdan Dagalo, alias 'Hemedti') y por respeto a la ley, las normas de conducta y la disciplina militar durante la guerra", antes de afirmar que estas personas son sospechosas de participar en "violaciones" durante "la liberación de El Fasher".
Así, ha especificado que entre ellos figura un comandante identificado como 'Abú Lulu', cuyo nombre real sería Al Fatí Abdulá Idris, acusado de estar detrás de varias matanzas en la ciudad, también durante los más de 500 días de cerco y ataques con drones y artillería contra El Fasher por parte de las RSF.
El hombre emitió en directo a través de una cuenta en la plataforma TikTok y admitió haber asesinado a cientos de personas, llegando a afirmar que su objetivo era aumentar la cifra a 2.000. Además, en un vídeo se le ve ejecutando a un hombre que pide clemencia.
"Los comités legales especializados han empezado a investigarlos de cara a llevarlos ante la justicia. Se están aplicando medidas para evitar violaciones que dañen la dignidad humana, contravengan los valores morales o entren en conflicto con las convenciones internacionales, principalmente las Convenciones de Ginebra", han dicho las RSF.
Asimismo, han acusado a las autoridades de "exagerar" y "lanzar campañas de politización" en torno a las atrocidades cometidas por las RSF tras su entrada en El Fasher. "Buscan explotar estos incidentes para hacer avanzar sus agendas malignas y ocultar sus fracasos históricos", ha señalado, antes de prometer que sus tropas "harán justicia" ante los abusos.
"Nuestras fuerzas reafirman su compromiso total con el respeto del Estado de derecho y con la rendición de cuentas por parte de cualquiera cuya participación en violaciones o abusos sea demostrada, sin importar quién sea, dado que nadie está por encima de la ley", ha zanjado el grupo paramilitar, ante la oleada de condenas internacionales por las matanzas en la ciudad.
'Hemedti' reconoció el miércoles la existencia de abusos tras la toma de El Fasher y prometió la creación de un comité de investigación. "Va a empezar a investigar de inmediato y responsabilizará a cualquier autoridad o soldado que haya excedido el límite o violado otros derechos", dijo. "Si un soldado es nuestro, diremos que es nuestro", afirmó, insistiendo en que "quienquiera que se extralimite rendirá cuentas de inmediato".
Las palabras del líder de las RSF --un grupo acusado de numerosas atrocidades en el pasado, seguidas por promesas de rendición de cuentas--, llegaron después de que el director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, denunciara la muerte de más de 460 personas en una maternidad de la ciudad, centro en el que también fueron secuestrados varios trabajadores sanitarios.
Asimismo, la Fuerza Conjunta de Protección de Darfur, alineada con las Fuerzas Armadas de Sudán, acusó el martes a al grupo paramilitar de ejecutar a "más de 2.000 civiles desarmados" tras tomar la ciudad. "La mayoría de ellos son mujeres, niños y ancianos, algo que tiene lugar a la vista de todo el mundo, en una escena que debería sacudir a la humanidad", lamentó.
El jefe del Ejército de Sudán y presidente del Consejo Soberano de Transición, Abdelfatá al Burhan, confirmó el lunes que las tropas sudanesas se habían retirado de la capital de Darfur Norte, un día después de que el grupo paramilitar anunciara que habían conquistado esta ciudad, asediada durante un año y medio y sumida en una grave crisis humanitaria a causa de los constantes ataques de las RSF y los bloqueos a la entrada de ayuda.
La guerra civil de Sudán estalló a causa de las fuertes discrepancias en torno al proceso de integración del grupo paramilitar en el seno de las Fuerzas Armadas, situación que provocó el descarrilamiento de la transición abierta tras el derrocamiento en 2019 del régimen de Omar Hasán al Bashir, ya dañado tras la asonada que derribó en 2021 al entonces primer ministro, Abdalá Hamdok.
El conflicto, marcado por la intervención de varios países en apoyo a las partes en guerra, ha sumido al país en una de las mayores crisis humanitarias a nivel mundial, con millones de desplazados y refugiados y ante la alarma internacional por la propagación de enfermedades y los daños sufridos por infraestructuras críticas, que impiden atender a cientos de miles de damnificados.

