
La organización EspIRA, fundada en 2001 por la artista nicaragüense Patricia Belli, ha desempeñado un papel relevante en la formación crítica y sensible de nuevas generaciones de artistas en Centroamérica durante dos décadas. Este trabajo educativo y de activismo cultural, así como la influencia de Belli en la escena artística latinoamericana, constituyen algunos de los motivos por los cuales el jurado reunido en Madrid decidió otorgarle el Premio Velázquez de Artes Plásticas 2025. Según informó el acta publicada por el jurado, la artista fue reconocida tanto por el impacto de su obra en la región centroamericana como por su compromiso con la educación en contextos de fragilidad social.
El medio detalló que el galardón está dotado con 100.000 euros y que el jurado resaltó el alcance de la labor de Belli en torno a la memoria de cuerpos vulnerables y la marca que dejan el miedo y la vergüenza en la cultura y la sociedad. El jurado también consideró que su activismo cultural y su trabajo en la reflexión sobre los opuestos —como opresor-oprimido, placer-dolor y naturaleza-civilización— constituyen referencias para diversas generaciones de artistas de la región. La acta señala que Belli ha desarrollado una obra que transita por el diálogo entre contrarios, y que presta especial atención a las referencias simbólicas provenientes del inconsciente colectivo.
Nacida en Nicaragua en 1964, Patricia Belli obtuvo una Maestría en Artes Visuales, con especialidad en escultura, en el Instituto de Arte de San Francisco en 2001. Según consignó el medio, su creación artística explora la sensorialidad del público y propone cuestionamientos en torno a la subjetividad, el trauma, el desequilibrio y los mecanismos de poder que operan tanto en la esfera individual como colectiva. Esta perspectiva atraviesa toda su producción artística y profundiza en la reflexión sobre los efectos del miedo y la vergüenza en los cuerpos vulnerables de la sociedad, así como en los procesos de memoria colectiva.
A lo largo de su trayectoria, Belli formó parte de exposiciones con relevancia histórica en el proceso de visibilización internacional del arte centroamericano. El medio reportó su participación en muestras como 'Mesótica II' (1996-1997), 'Políticas de la diferencia' (2001-2002) y 'Estrecho Dudoso' (2006), que marcaron hitos en el reconocimiento y la valoración del arte producido en la región. Además, la artista fue invitada a ferias y bienales internacionales como las Bienales de La Habana (1989 y 2000), la Bienal Centroamérica y el Caribe en Santo Domingo (1994 y 2001), la Bienal Internacional de Lima (1997), la Bienal de Cuenca (2011), la Bienal de Irlanda (2018), la Bienal de Berlín (2018) y el proyecto FEMSA en México (2020-21). En 2022, formó parte de la 58 Carnegie International, y ha sido invitada en varias ediciones de la Bienal Nicaragüense y la Centroamericana.
Además de su participación en estos eventos, entre 2016 y 2017 una exposición antológica de su obra recorrió las ciudades de San José, Managua y Ciudad de Guatemala, mostrando un panorama amplio de su recorrido y aportaciones al arte contemporáneo. De acuerdo con el medio, su trabajo ha sido adquirido por diversas colecciones públicas y privadas en el ámbito internacional, entre ellas la Tate Gallery en el Reino Unido, la fundación Kadist en Francia, la Cisneros Fontanals Art Foundation (CIFO) en Estados Unidos, la Tanoto Art Foundation en Singapur, la Colección FEMSA en México, el Museo de Arte y Diseño Contemporáneo en Costa Rica y la Colección Ortiz-Gurdián en Nicaragua.
El impacto de EspIRA, la organización fundada por Belli, se reflejó en la promoción de la formación crítica y el debate en torno a los procesos artísticos en Centroamérica, influyendo en el desarrollo de varias generaciones tanto en Nicaragua como en otros países de la región. Paralelamente a su trabajo institucional, Belli continuó desarrollando su obra personal, caracterizada por la exploración de los límites entre opuestos y la incorporación de elementos simbólicos relacionados con la memoria, el trauma y las estructuras de poder.
Según publicó el medio, en el año 2022 Belli se trasladó a Alemania tras recibir la beca Artistas en Berlín, otorgada por el DAAD. Esta estancia internacional contribuyó a fortalecer su red de contactos y su presencia en circuitos artísticos globales, confirmando la proyección de su trabajo más allá de las fronteras centroamericanas.
El Premio Velázquez de Artes Plásticas es uno de los principales reconocimientos para artistas del ámbito iberoamericano y, en esta edición, el jurado ponderó la trascendencia de la obra de Belli en el contexto latinoamericano, destacándola como referente y promotora de la reflexión colectiva sobre temas vinculados a la memoria, el activismo y la tensión entre polos opuestos, así como por su aporte a la formación y la educación de nuevos artistas en contextos complejos.

