
La cifra de víctimas entre los trabajadoras humanitarios de la Media Luna Roja Sudanesa ascendió a 21 desde el inicio del conflicto en Sudán, de acuerdo con datos difundidos por la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja (FICR). El organismo reportó, según información publicada por la FICR, que cinco de sus voluntarios fueron asesinados en la ciudad de Bara, en el estado de Kordofán Norte, durante una operación de distribución de alimentos. La misma organización advirtió que otros tres de sus miembros permanecen desaparecidos tras el ataque.
El medio FICR explicó que las víctimas participaban en una misión humanitaria el 27 de octubre cuando se registró el incidente. Todos los voluntarios se encontraban claramente identificados mediante chalecos y credenciales oficiales de la Media Luna Roja Sudanesa, detalló el organismo en un comunicado. A pesar de estas medidas, sufrieron el ataque en una ciudad que recientemente fue tomada por las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF), grupo paramilitar que anunció el control de Bara el pasado fin de semana.
La FICR enfatizó en su declaración que "los ataques contra equipos humanitarios son inaceptables" y reiteró la necesidad de respetar los emblemas de la Cruz Roja y la Media Luna Roja, resaltando la función vital que desempeñan en zonas de conflicto. La organización extendió sus condolencias a las familias de los voluntarios fallecidos e hizo un llamado para asegurar la integridad física de quienes desarrollan tareas de socorro.
Según datos recabados por la propia FICR, en lo que va de año han muerto 25 trabajadores de la Cruz Roja y la Media Luna Roja a nivel mundial mientras ejercían su labor humanitaria. En Sudán, la situación resulta especialmente crítica debido al agravamiento de la violencia armada y al incremento de los riesgos enfrentados por los trabajadores humanitarios en las zonas en conflicto.
El estallido de la guerra civil sudanesa ocurrió en abril de 2023 tras desacuerdos relacionados con el proceso de integración de las RSF en las Fuerzas Armadas del país, lo cual frustró la transición iniciada tras la caída, en 2019, del régimen de Omar Hasán al Bashir. Esta transición ya se encontraba amenazada tras el derrocamiento posterior del primer ministro Abdala Hamdok.
El conflicto ha provocado la intervención de países que respaldan a los bandos enfrentados y colocado a Sudán en medio de una de las crisis humanitarias más graves a nivel internacional, según recopiló la FICR. El aumento de la violencia ha provocado millones de desplazados y refugiados dentro y fuera de sus fronteras. Las condiciones sanitarias también se han deteriorado por el brote de enfermedades y la destrucción o mal funcionamiento de infraestructuras esenciales, limitando la capacidad de atención a la población afectada.
Los hechos acontecidos en Bara resaltan los riesgos que enfrenta el personal humanitario, según reportó la FICR, en un contexto donde acciones hostiles contra trabajadores de la Cruz Roja y la Media Luna Roja no solamente generan víctimas directas, sino que afectan la asistencia a comunidades que dependen de la ayuda en la actual emergencia. La Federación insistió en la urgente necesidad de que las partes en conflicto respeten las normas internacionales y los símbolos reconocidos que protegen a quienes asisten a la población civil en situaciones de conflicto armado.

