
El balance más reciente presentado por Naciones Unidas advierte que varios edificios administrados por la Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos en Oriente Próximo (UNRWA) en la ciudad de Gaza, donde 11.000 personas encontraban refugio, sufrieron daños en los últimos cinco días en ataques ejecutados por las fuerzas militares israelíes. De acuerdo con lo reportado por la ONU, al menos once infraestructuras de esta agencia resultaron afectadas, lo que pone de manifiesto el creciente riesgo al que se exponen quienes buscan resguardarse de las hostilidades en el norte del enclave palestino. La noticia central se refiere al aumento de personas desplazadas: desde el domingo, 56.000 habitantes de Gaza han huido hacia el sur tras la intensificación de la ofensiva israelí.
Según informó el portavoz del secretario general de la ONU, Stéphane Dujarric, este saldo de desplazados forma parte de una tendencia al alza en la movilidad forzada derivada del conflicto. Dujarric detalló en rueda de prensa que, en el último mes, se han registrado aproximadamente 200.000 desplazamientos desde el norte hacia el sur del territorio. Estas cifras evidencian una escalada respecto a estimaciones anteriores; tan solo un día antes, la organización había calculado en 40.000 las personas que habían abandonado la ciudad de Gaza en las últimas 48 horas, cifra que se incrementó exponencialmente en menos de 24 horas.
El representante de la ONU añadió que el número total de desplazados en toda la Franja de Gaza ha superado el millón de personas desde mediados de marzo, etapa en la que las autoridades israelíes pusieron fin al alto el fuego acordado en enero. Esta situación se agrava, tal como explicó Dujarric y como recogió el medio, por el ritmo acelerado con el que la población se ve forzada a huir, ante el deterioro progresivo de la seguridad y las condiciones de vida en la región.
De acuerdo con los datos proporcionados por la administración local de la Franja de Gaza, bajo control del Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás), el conflicto ha dejado cerca de 65.150 muertos y 165.590 heridos desde que el Ejército israelí lanzó su ofensiva tras los ataques del 7 de octubre de 2023. Solo en la jornada previa a la última actualización, los reportes oficiales registraron aproximadamente 80 fallecimientos adicionales. La magnitud de las pérdidas humanas se acompaña de una creciente preocupación internacional sobre el acceso a la ayuda humanitaria y la protección de los civiles.
Tal como detalló el comisionado general de la UNRWA, Philippe Lazzarini, en declaraciones previas citadas por la ONU, la semana anterior diez lugares operados por la agencia, incluyendo siete escuelas y dos clínicas situadas en la ciudad de Gaza, fueron alcanzados por bombardeos de las fuerzas israelíes. Lazzarini subrayó que estos espacios servían como puntos de asistencia esencial para la población y su neutralización afecta de manera significativa la capacidad para proporcionar ayuda médica y educativa a miles de habitantes.
La escalada del conflicto ha tenido un impacto directo en la infraestructura civil y en la labor de organizaciones internacionales presentes en la zona. Según publicó la ONU, la rápida sucesión de desalojos y ataques complica la gestión de los recursos y la protección de los desplazados, mientras los organismos internacionales demandan garantías de seguridad para desempeñar su trabajo. Los daños sobre instalaciones de la UNRWA, destinadas en muchos casos al refugio de familias desplazadas, intensifican el problema humanitario en el enclave.
En sus informes, la ONU advierte que el incremento de desplazamientos y la destrucción de instalaciones fundamentales agudiza la situación en la Franja de Gaza y pone de relieve la urgencia de encontrar soluciones que prioricen la protección de la población civil. La organización internacional ha reiterado la necesidad de respeto al Derecho Internacional Humanitario y la provisión de corredores seguros que faciliten la ayuda de emergencia y el desplazamiento de quienes se ven obligados a abandonar sus hogares.


