
En el mensaje dirigido a sus seguidores, la agrupación norirlandesa Kneecap comunicó su intención de impugnar ante la justicia la decisión tomada por el Gobierno canadiense, anunciando también que, en caso de revertir la medida, destinarán los fondos obtenidos para apoyar a la infancia afectada por el conflicto en Gaza. Además de lamentar la cancelación de los conciertos previstos, los músicos reiteraron su oposición a ser silenciados y manifestaron su compromiso de utilizar la música como una herramienta de solidaridad. Esta postura surge luego de que las autoridades canadienses vetaran su entrada al país argumentando que el grupo promueve discursos de odio y glorifica el terrorismo, según detalló el medio que facilitó la información de fondo.
De acuerdo con lo publicado, Vince Gasparro, secretario parlamentario de la secretaria de Estado para combatir el crimen, fue quien expuso en un vídeo la decisión oficial, señalando que Kneecap habría amplificado mensajes de violencia política y expresado su respaldo público a organizaciones como Hezbolá y Hamás. Gasparro enfatizó que la admisión al país no comprende la promoción de la violencia política ni la exhibición de símbolos vinculados al antisemitismo. El funcionario subrayó la determinación de Ottawa de prevenir el uso de suelo canadiense como tribuna para cualquier plataforma extremista, y afirmó el compromiso gubernamental de proteger a la comunidad judía del odio y el antisemitismo.
Sobre los antecedentes inmediatos, según consignó el medio, el grupo tenía programada una serie de cuatro presentaciones para mediados de octubre, las cuales quedaron canceladas ante la negativa de ingreso por parte del gobierno federal. La banda norirlandesa, caracterizada por su activismo a favor de la causa palestina, respondió públicamente tildando de falsos y maliciosos los señalamientos recibidos desde las autoridades canadienses. La afirmación de Kneecap subraya que ninguno de sus integrantes ha sido condenado por delitos en ningún país, y remarcaron que sus actuaciones previas en Canadá transcurrieron sin incidentes.
El grupo sostiene que sus mensajes buscan fomentar la solidaridad y el amor, y declaró que su compromiso incluye el rechazo a la violencia contra la población civil. En sus comunicados, Kneecap invita a sus seguidores en Canadá a expresarse y participar activamente: “Utilizad vuestras voces en Canadá: levantaos y hablad”.
La polémica se presenta en un contexto en el que los símbolos y mensajes expuestos por el grupo han generado controversia. El cantante del conjunto, Liam Óg Ó hAnnaidh, enfrentó procesos legales en agosto en el Reino Unido por cargos vinculados al terrorismo, específicamente por mostrar una bandera de Hezbolá durante un concierto realizado en Londres en noviembre del año anterior. El músico rechazó las imputaciones en sede judicial y aseveró que el grupo no respalda a organizaciones terroristas, según informó la misma fuente.
Hacia finales de abril, la agrupación publicó un pronunciamiento en el que niega haber brindado apoyo, en el pasado o en el presente, ni a Hezbolá ni al Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás). Además, la banda declaró: “Condenamos todos los ataques contra civiles, siempre. Nunca está bien. Lo sabemos mejor que nadie, dada la historia de nuestra nación”, según citó el medio. Kneecap, formada en Belfast en 2017, ha sido identificada por su activismo político y su participación en debates sobre conflictos internacionales.
El Ejecutivo canadiense, citado en los reportes, argumentó que la presencia del grupo habría representado un riesgo de fomentar divisiones y violencia, en especial contra la población judía. Adicionalmente, las autoridades han marcado una posición firme con relación a la utilización de símbolos que, a su juicio, atacan a la colectividad judía y van en contra de los valores de inclusión del país, según los argumentos difundidos. Desde Ottawa, reiteraron el deber de proteger a todos sus habitantes frente a discursos de odio, enfatizando la defensa de la seguridad y la convivencia en el territorio canadiense.


