
En las investigaciones realizadas en dos regiones africanas, Ngogo en Uganda y Taï en Costa de Marfil, las frutas más habituales en la dieta de los chimpancés presentaron un contenido promedio de etanol del 0,26 % en peso. De acuerdo con Science Advances, los primatólogos calcularon que estos animales consumen aproximadamente 4,5 kilogramos de fruta diariamente, cifra que constituye cerca del setenta y cinco por ciento de su dieta total. Los resultados muestran que la ingesta diaria de etanol puro asciende a 14 gramos, similar a una bebida estándar en Estados Unidos.
Según publicó Science Advances, este estudio, desarrollado por investigadores de la Universidad de California en Berkeley, analizó tanto el contenido de alcohol presente en las frutas que los chimpancés ingieren como la proporción de cada especie en su alimentación. Aleksey Maro, estudiante de posgrado del Departamento de Biología Integrativa de dicha universidad, explicó que al ajustar la dosis de etanol teniendo en cuenta el peso aproximado de los chimpancés, que ronda los 40 kilogramos, el consumo se equipara al de casi dos copas en humanos de unos 70 kilogramos. Una bebida estándar en Estados Unidos contiene 14 gramos de etanol, mientras que el estándar en gran parte de Europa es de 10 gramos.
Los responsables del estudio recopilaron datos sobre 21 especies diferentes de fruta recolectadas en los dos sitios de observación. Science Advances consignó que los investigadores evaluaron el consumo intensivo de fruta madura como una característica habitual de la dieta de estos primates. Robert Dudley, profesor en el Departamento de Biología Integrativa de la Universidad de California, señaló que los chimpancés llegan a ingerir cantidades equivalentes entre el cinco y el diez por ciento de su peso corporal al día en fruta madura, lo que contribuye a que acumulen una cantidad considerable de etanol a diario, incluso si las concentraciones de alcohol son bajas.
La investigación también abordó la falta de evidencias visibles de intoxicación en los chimpancés a pesar del consumo regular de alcohol derivado de la fruta. Maro explicó que estos animales distribuyen la ingesta de frutas maduras a lo largo del día, y que para experimentar síntomas notables de embriaguez deberían ingerir tal cantidad que su estómago resultaría afectado, algo que no ocurre en condiciones naturales. Este patrón sugiere que los chimpancés mantienen un consumo crónico, pero a bajas dosis, sin efectos notorios de intoxicación.
Uno de los puntos destacados por Science Advances es que la exposición regular al etanol no solo caracteriza la dieta de los chimpancés que viven en libertad, sino que posiblemente haya sido común entre los ancestros humanos. El acceso frecuente al etanol proveniente de frutas fermentadas constituía una parte rutinaria de la alimentación, a diferencia de la dieta de chimpancés en cautiverio o de humanos actuales, que rara vez incluye alimentos fermentados de forma natural.
Maro comentó, según recogió Science Advances, que la cantidad de alcohol que consumen estos primates equivale a la que una persona obtendría al incorporar diariamente alimentos fermentados en su dieta. El investigador sugirió que la atracción de los humanos por el alcohol tal vez proviene de este legado dietético heredado de los antepasados comunes que compartimos con los chimpancés. Los resultados del estudio no determinaron si los chimpancés buscan activamente frutas con un mayor contenido de etanol o si simplemente las eligen por su madurez y alto contenido de azúcar, que favorece la fermentación, pero la frecuencia con que ingieren este tipo de alimentos respalda la hipótesis de una exposición natural al alcohol desde tiempos ancestrales.
El medio Science Advances detalló que, en la construcción de este análisis, los biólogos consideraron también la proporción relativa de cada especie de fruta representada en la ingesta diaria de los chimpancés, lo que facilitó cálculos más precisos sobre la exposición rutinaria a etanol a lo largo del tiempo. De este modo, la investigación proporciona una visión no solo sobre la dieta actual de los primates, sino también sobre los aspectos evolutivos vinculados a la relación de nuestra especie con la fermentación alcohólica en alimentos naturales.


