
El general Winthai Suware, portavoz del Ejército de Tailandia, identificó el lugar de los incidentes en el territorio soberano tailandés, y denunció que la ausencia de medidas preventivas por parte de las autoridades constituye un acto deliberado de provocación que vulnera la reciente tregua alcanzada entre ambos países. Esta confrontación ha supuesto disturbios en el distrito de Khok Sung, donde, según informó la agencia Europa Press, las fuerzas tailandesas recurrieron al uso de gases lacrimógenos y balas de goma para evitar que ciudadanos camboyanos bloquearan la instalación de barreras de seguridad a lo largo de varios puntos de la frontera común.
De acuerdo con Europa Press, los enfrentamientos dejaron a varios policías heridos, quienes recibieron impactos de palos de madera y piedras lanzados por manifestantes. El Ejército tailandés declaró que la respuesta policial siguió los protocolos de dispersión y control de multitudes en concordancia con los estándares internacionales para el uso de la fuerza.
El medio detalló que las tensiones actuales surgen tras un período reciente de conflicto entre Tailandia y Camboya. Las hostilidades se intensificaron luego de la muerte de un soldado camboyano ocasionada por fuerzas tailandesas en las proximidades del templo hindú de Preah Vihear, un enclave fronterizo cuya soberanía se encuentra disputada. Estas circunstancias motivaron un enfrentamiento armado que, según el reporte, resultó en decenas de víctimas antes de que ambas naciones pactaran un cese de hostilidades hace aproximadamente un mes.
Europa Press indicó que, desde la tregua, la situación en la zona limítrofe comenzó a estabilizarse hasta los recientes episodios ocurridos en Khok Sung. La reacción de los manifestantes camboyanos, que, según la posición tailandesa, pretendieron obstaculizar la colocación de barreras en territorio de Tailandia, es vista por el Ejército de ese país como un uso de la población civil para presionar sobre los acuerdos alcanzados en el alto el fuego.
El general Winthai expresó que estos hechos representan una clara violación de la legalidad nacional e internacional, en tanto la zona de los disturbios está bajo control soberano tailandés y su intervención se orienta a preservar el orden y cumplir con los acuerdos previos. Según reportó Europa Press, el portavoz enfatizó que, para las autoridades tailandesas, la implantación de barreras de seguridad responde a la necesidad de prevenir nuevos incidentes y consolidar el cese de hostilidades.
El contexto histórico, relatado por Europa Press, señala que el templo de Preah Vihear y sus alrededores fueron escenario de numerosos enfrentamientos armados entre Tailandia y Camboya, disputas que han tenido consecuencias tanto humanitarias como diplomáticas. La reciente tregua pretendía alejar el riesgo de nuevos enfrentamientos, aunque los sucesos reportados en Khok Sung ponen en duda la estabilidad del acuerdo.
Información recogida por Europa Press subraya que, aunque el conflicto directo entre fuerzas militares no se reanudó de forma abierta tras la firma del último alto el fuego, la tensión en los puntos fronterizos persiste, y la presencia de población civil en acciones de protesta agrega complejidad al escenario de seguridad en la región. Las declaraciones oficiales tailandesas sostienen que la contención de los disturbios marcha en línea con los estándares internacionales y se orienta a disuadir futuras vulneraciones al acuerdo de paz.
Con estos antecedentes, tanto Tailandia como Camboya enfrentan desafíos en la gestión de la paz fronteriza y la protección de la seguridad de sus ciudadanos. Según lo indicado por Europa Press, la situación permanece sujeta a vigilancia mientras las partes buscan evitar una escalada mayor después de los violentos episodios registrados en la zona de Khok Sung.

