
El secretario del Consejo de Seguridad de Rusia, Sergei Shoigu, manifestó que la gama de tecnologías de defensa que Moscú puede ofrecer supera en amplitud a la que disponen otros países, con especial énfasis en sistemas de defensa aérea y de misiles, además de equipos navales y aeronáuticos. La propuesta de Shoigu dirigida al ministro de Defensa iraquí, Thabit al Abasi, incluye el suministro de las armas y equipamiento militar rusos más modernos, en un contexto donde Bagdad enfrenta las amenazas persistentes de remanentes del Estado Islámico y atraviesa una etapa de reducción de fuerzas internacionales en su territorio. El medio Europa Press informó sobre este acercamiento entre Moscú y Bagdad, que sucede en una coyuntura de advertencias estadounidenses respecto al crecimiento de la presencia yihadista en la región.
Durante la reunión bilateral, Shoigu, quien también se desempeñó anteriormente como ministro de Defensa, hizo hincapié en la disposición rusa para colaborar con Irak en todos los campos mencionados, resaltando los beneficios de los sistemas tácticos y técnicos probados en situaciones reales de combate, específicamente en referencia a la intervención rusa en Ucrania conocida oficialmente en Moscú como “operación militar especial”. De acuerdo con los detalles publicados por Europa Press, Shoigu subrayó que la experiencia rusa en operaciones recientes otorga una garantía sobre la eficacia de los equipos ofrecidos.
El intercambio se produce en un momento en que Irak no solo enfrenta amenazas extremistas, sino que además experimenta inestabilidad interna vinculada a conflictos tribales y a la prolongada fractura institucional tras la invasión estadounidense de 2003. Europa Press consignó que, sólo diez días antes de la cita entre Shoigu y Al Abasi, una disputa de este tipo en Bagdad resultó en la muerte de cuatro personas, entre ellas dos policías, lo que ilustra el clima de inseguridad latente.
Bagdad actualmente atraviesa la primera fase de repliegue de la coalición internacional que combatió contra el Estado Islámico, lo cual abre paso a un reajuste estratégico de las fuerzas militares y de seguridad en Irak. En este escenario, la oferta rusa busca posicionar a Moscú como un proveedor clave de tecnología militar, respaldando la capacidad defensiva iraquí ante la transición y el posible vacío de seguridad. Europa Press reportó que Shoigu remarcó la oportunidad de la cooperación con Irak para reforzar no solo el potencial defensivo del país, sino también la presencia e influencia rusa en Oriente Medio.
La delegación rusa reivindicó que las armas ofrecidas han sido “probadas en condiciones de combate reales de la SVO”, en alusión directa al despliegue en el conflicto ucraniano. Según detalló Europa Press, esta referencia se utilizó para poner en valor la fiabilidad y el rendimiento de los sistemas rusos ante situaciones complejas en el campo de batalla.
Los representantes rusos afirmaron estar dispuestos a compartir con Irak modelos avanzados y desarrollos recientes en distintos ámbitos estratégicos. A lo largo de la conversación, subrayaron que el margen tecnológico ofrecido abarca desde capacidades antiaéreas, hasta sistemas para la Fuerza Aérea y la Armada del país receptor, aspectos que —según explicó Shoigu a Europa Press— son fundamentales para asegurar la estabilidad regional dada la coyuntura actual en Oriente Medio.
Además de lo anterior, Europa Press detalló que las negociaciones se desarrollaron bajo la sombra de las advertencias lanzadas por Estados Unidos sobre las intenciones y la reorganización del Estado Islámico en la región, estimando un incremento en las acciones del grupo terrorista tras la retirada de las fuerzas extranjeras. Esta situación incrementa la presión sobre el Gobierno iraquí para fortalecer sus capacidades autónomas de defensa, contexto en el que la oferta rusa adquiere un matiz particular.
Las declaraciones de Shoigu a Thabit al Abasi también incluyeron la afirmación de que el abanico de sistemas que Rusia está dispuesta a transferir supera en alcance y sofisticación a los que ofrecen otros países. Según Europa Press, esta comparación busca subrayar la competitividad de la industria militar rusa y su interés en expandir la cooperación bilateral en un momento de redefinición de alianzas geopolíticas y militares en la región.
La reunión forma parte de una serie de contactos que tienen lugar mientras Irak se enfrenta a desafíos múltiples tanto en materia de seguridad interna como en el ámbito internacional. Los datos publicados por Europa Press ofrecen una panorámica de las dificultades que enfrenta el país para evitar un resurgimiento del yihadismo, a la vez que debe gestionar la reducción de la presencia de tropas extranjeras que tradicionalmente han respaldado las operaciones antiterroristas. La propuesta rusa llega en un momento en el que el Ejecutivo iraquí evalúa alternativas para sostener su propia seguridad y la de sus fronteras, en medio de un entorno de alta volatilidad política y militar.


