Los ministros de Exteriores de Alemania, Francia y Reino Unido reclaman a Irán pasos para no reactivar sanciones

Teherán recibe un ultimátum de diplomáticos europeos para garantizar transparencia en su programa nuclear, advierten que la falta de cooperación impulsará restricciones inmediatas, mientras aumentan las presiones internacionales y la ventana de negociación se agota rápidamente

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Diplomáticos de Alemania, Francia y Reino Unido dieron a conocer que solo existe un periodo limitado para que Irán colabore de manera efectiva con los compromisos fijados en relación con su programa nuclear, advirtieron que, de no observarse avances claros en los próximos días, reactivarán el régimen de sanciones internacionales. Según informó el Gobierno alemán, los ministros de Exteriores de los tres países transmitieron por teléfono esta posición al representante iraní, Abbas Araqchi, subrayando la urgencia de que Teherán adopte "acciones razonables y precisas" que demuestren su disposición a resolver las dudas presentadas por la comunidad internacional en torno a su industria nuclear y permitan evitar la reinstauración de sanciones.

El medio reportó que esta exigencia se enmarca en una serie de gestiones diplomáticas orientadas a obtener compromisos verificables de las autoridades iraníes. Entre las exigencias mencionadas por Francia, Alemania y Reino Unido figura el reinicio inmediato de negociaciones, la autorización para inspecciones a instalaciones consideradas sensibles, y una revisión exhaustiva sobre el manejo del arsenal de uranio enriquecido, elemento considerado esencial para el desarrollo potencial de armamento atómico. Los ministros de los tres países —el alemán Johann Wadephul, el francés Jean-Noel Barrot y la británica Yvette Cooper— manifestaron su "determinación" de seguir adelante con el proceso de reactivación del mecanismo de sanciones internacionales si Irán no exhibe, en un plazo de días, progresos con resultados tangibles.

Según constató el medio, el mecanismo referido por la diplomacia europea comenzó su andadura el 28 de agosto, cuando los países de la Unión Europea impulsaron la recuperación de las sanciones suspendidas en 2015, en virtud del acuerdo internacional sobre el programa nuclear iraní. Dicho proceso impone un periodo máximo de 30 días para que las autoridades de Irán respondan a las demandas europeas, tras lo cual se habilitaría la reinstauración automática de las medidas restrictivas.

Teherán mostró desde el inicio su desacuerdo con la presión coordinada por las potencias europeas, rechazando públicamente el procedimiento abierto para la reactivación de castigos. Al mismo tiempo, de acuerdo con el medio citado, tanto Estados Unidos como Israel han expresado apoyo a las acciones de Alemania, Francia y Reino Unido, celebrando el incremento de presión contra el gobierno iraní en busca de mayor transparencia y control internacional sobre su sector nuclear.

La "troika" europea trasladó también en sus comunicaciones el mensaje de que este momento constituye una oportunidad crucial para que el gobierno iraní restablezca el marco de diálogo y cooperación que permita resolver las incógnitas pendientes sobre el alcance y los objetivos de su investigación y desarrollo en materia nuclear. Los ministros europeos enfatizaron que la gestión del uranio enriquecido representa uno de los puntos neurálgicos del desacuerdo, dado el potencial de este material para ser utilizado en la fabricación de armas, un extremo que el acuerdo de 2015 buscaba impedir mediante controles y verificaciones a cargo de la comunidad internacional.

Las medidas anunciadas por los gobiernos de Alemania, Francia y Reino Unido forman parte de una estrategia conjunta que también incluye la coordinación con socios internacionales, tanto dentro como fuera de la Unión Europea. El medio alemán detalló que la postura europea mantiene su eje en la vía diplomática, pero reitera la posibilidad de volver a un régimen de sanciones si no hay una respuesta rápida y efectiva por parte de Irán.

Los gobiernos de Estados Unidos e Israel acogieron favorablemente la estrategia europea y manifestaron su respaldo a la presión diplomática, interpretándola como una vía para incrementar el control y la supervisión internacional sobre las actividades nucleares de Irán, tal como consignó el medio original. Mientras tanto, la ventana de negociación permanece abierta, limitada a los días restantes del plazo de 30 días lanzado a finales de agosto, dejando en manos de Teherán la decisión sobre el camino a seguir y las consecuencias internacionales de su próximo paso en materia nuclear.